Antonio Barroso descubrió con 38 años que su madre no era su madre. Una llamada le cambió la vida. Su amigo de la infancia, José Luis, le contó que su padre, antes de morir, le confesó que los dos fueron "comprados" por 200.000 pesetas en un hospital de Zaragoza.
A partir de ahí su vida dio un vuelco, descubrió que su partida de nacimiento era falsa y que su madre biológica era desconocida para él. Ahora lucha por saber de dónde viene y quién es.
Ver también: Crónicas-Vidas robadas
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